¿Qué tan valientes nos sentimos ante la idea de dar un vuelco en nuestra vida para comenzar a vivirla y dejar de sobrevivir? ¿Qué tan dispuesto a enfrentar las heridas? ¿Qué tan dispuesto a enfrentar los temores? Todos estamos un poco roto, y muy dentro nuestro sabemos que arrastramos con ciertos fantasmas.

Te contaré mi propia historia para que comprendas que la gran clave radica en sentir, comprender y finalmente aceptar que en muchas ocasiones nos desmerecemos en vez de merecernos.

Está profunda aceptación de lo que somos y de lo que valemos es el puntapié inicial para redescubrir el potencial dormido que anida en nuestro interior, muchas veces inexplorado por los engaños del sistema, que intenta controlarnos y hace todo lo posible para mantenernos entretenidos sin utilizar el poderosísimo recurso de nuestra consciencia crítica.

Cuando logramos quitar los velos que nos impiden ver — que nos impiden vernos como realmente somos— se abre un nuevo mundo de posibilidades, pero solo nosotros tenemos la potestad interior de tomar la gran decisión y comenzar a revolucionar nuestra vida. Todo nace del genuino cuestionamiento de la vida que llevamos hasta hoy. Si no te satisface tu vida actual es hora de sanar, porque sanar es amarse.