La fantasía siempre fue una palabra mágica para esconder que hasta en un mundo ideal hay sacrificios por hacer. El valor de una promesa debería ser inquebrantable, por eso se llama así, pero cuando tu lealtad a esa vocación se vuelve un detonante destructor ¿sigue valiendo la pena?

La fantasía medieval siempre se volvió el tema favorito de mamá a la hora de contar cuentos, una forma de escape al triste escenario por donde andaba nuestra vida. Pero cuando la fantasía se vuelve nuestra realidad todos tienen diferentes formas de sobrellevarla, en caso de poder hacerlo. Algunos la acogerán tan bien que en poco tiempo serás parte de ella, otros no podrán ser compatibles. En un mundo de fantasía y sueños, la realidad puede golpearte y exigir precios, ¿ quién sabe? la fantasía de algunos puede ser el tormento de otros.